Mejorar la accesibilidad en tu vivienda es una gran decisión, ya sea para personas mayores, con movilidad reducida o simplemente para aumentar la seguridad y comodidad de todos. Abajo, listamos algunos consejos que te ayudarán a adaptar tu vivienda, desde en sus características generales hasta puntos específicos en diferentes estancias.
Recomendaciones Generales
- Eliminar desniveles y escalones: Coloca rampas suaves o plataformas elevadoras.
- Puertas y pasillos amplios: Mínimo 80 cm de ancho en puertas y 90 cm en pasillos para permitir el paso de sillas de ruedas.
- Suelos antideslizantes: Evita alfombras sueltas o pisos pulidos.
- Buena iluminación: Luz natural siempre que sea posible y luces LED con sensores de movimiento en pasillos y entradas.
- Interruptores y enchufes accesibles: A una altura de entre 90 y 120 cm del suelo.
- Domótica accesible: controlar luces, persianas y puertas con el móvil o la voz.
- Sensores de humo y gas con señal sonora y visual.
Entradas y Exteriores
- Rampa de acceso o salvaescaleras si hay escalones.
- Puerta principal automática o con cerradura fácil de accionar.
- Zonas de giro: Deja un radio libre de al menos 1,5 m frente a la puerta.
- Videoportero accesible (con pantalla grande o app en el teléfono).
Salones y Habitaciones
- Espacios despejados para moverse libremente.
- Muebles con esquinas redondeadas y altura adecuada.
- Camas ajustables o con altura cómoda (50–60 cm desde el suelo).
- Interruptores junto a la cama para controlar la iluminación fácilmente.
Cocinas
- Encimeras ajustables en altura o con espacio libre debajo para usar silla de ruedas.
- Armarios accesibles (los superiores con sistema de bajada o estanterías deslizables).
- Electrodomésticos de fácil alcance y paneles frontales.
Baños
- Ducha a ras de suelo (sin bordes).
- Barras de apoyo cerca del inodoro y dentro de la ducha.
- Inodoro elevado (45–50 cm) y lavabo suspendido para permitir acercarse en silla.
- Grifería monomando o con sensor.
- Espejo inclinado o regulable.
Reformar una vivienda para que sea accesible trae inmensos beneficios. Permite que cualquier persona (mayor, con discapacidad o con movilidad reducida temporal) viva de forma independiente, reduciendo la necesidad de asistencia constante y facilitando las tareas diarias. Disminuye los riesgos de caídas o accidentes domésticos, y permite que todos —niños, adultos y mayores— puedan moverse y participar en la vida del hogar sin barreras.