Con el invierno y la calefacción, las facturas se disparan. La gran mayoría de las viviendas españolas sufre pérdidas de calor innecesarias.

Teniendo en cuenta que España es el país con la factura de la luz más cara de Europa, es de vital importancia preguntarse por lo principal: cómo están aislados térmicamente nuestros hogares.

En una edificación se producen pérdidas de calor de diversas maneras. El calor se acumula en los cerramientos por radiación y discurre por el interior por convección, es decir, el calor tiende a escapar de la edificación es por ésta razón por la que se debe impedir su salida mediante los aislamientos térmicos.

En España, hay una inmensa cantidad de viviendas que sufren pérdidas de calor innecesarias en invierno a causa de la ineficiencia energética. Una realidad que se produce porque la mayoría de los inmuebles no se acogen al Código Técnico de la Edificación más reciente, que es el encargado de determinar las exigencias básicas de calidad que deben cumplir los edificios como el ahorro de energía o la protección frente al ruido. Además, la principal vía de escape de los inmuebles son los tejados y fachadas, ya que por ellos puede perderse más de la mitad de la energía.

Aprovechar las reformas

En este sentido, se aconseja aprovechar las obras que se lleven a cabo en el hogar para implementar una serie de cambios que conllevan unos ahorros energéticos muy importantes durante años: la incorporación de aislamientos térmicos en cubiertas y fachadas, así como ventanas de mayores prestaciones.

Nueva Normativa

Desde el 1 de junio de 2013 es obligatorio que todos y cada uno de los inmuebles cuenten con un certificado energético. Este certificado, que tiene un periodo de validez de 10 años, sirve para determinar en qué medida un edificio es eficiente.

Se establecen siete niveles en la normativa nacional que van desde la letra A, la más eficiente, a la G, la menos eficiente. Es por ello que una vivienda que cuente con la categoría A consume hasta un 90% menos de energía que una que se sitúe en el grupo más bajo.

Como evitar las pérdidas de calor en la cubierta

El tejado es la superficie más expuesta a las condiciones meteorológicas. Por tanto, tiene lógica que sea una superficie importante para el aislamiento del edificio. Aunque nuestra vivienda no sea la última, si el frío y la humedad entran en el edificio, se transmitirán a los espacios de la estructura y llegarán a las demás viviendas.

Para minimizar las pérdidas de calor que se producen en las cubiertas, es imprescindible optar por materiales como el corcho, el poliuretano, la fibra de vidrio o la lana de piedra. Estos dos últimos son especialmente adecuados para aislar techos, como también lo son las pinturas especiales que desvían el calor.